Hoy en día las aplicaciones se han convertido en parte indispensable de nuestras vidas; existen aplicaciones para casi todo lo que necesites. Las más populares son las redes sociales: éstas son las que permiten a los usuarios interactuar con sus amigos, familiares y conocidos, pero también con extraños. De esto modo, existe la posibilidad de aprovecharse, sacar ventaja o hacer daño, especialmente para quienes no saben usar la tecnología adecuadamente, siendo uno de los grupos más vulnerables el de los niños.
La manera de educar ha cambiado a través del tiempo. En el pasado había una tendencia a dejar que los niños aprendieran por sí solos, pues desde la perspectiva de los padres eso los prepararía para enfrentar el mundo, aunque eso significara que pusieran en riesgo su integridad física o emocional. El día de hoy es todo lo contrario: al ser una generación que sufrió o presenció abusos sin la supervisión adulta adecuada, hemos dedicado todos nuestros recursos a que nuestros hijos se desarrollen en un ambiente libre de hostilidad.
Dejó de ser novedad hace ya varios meses que, como humanidad, atravesamos por un momento muy difícil. Al principio hubo mucha confusión, malestar generalizado y no entendíamos muy bien cómo debíamos funcionar. Pero a punta de no tener otra opción, nos adaptamos.
Para los papás, el periodo vacacional puede representar todo un reto, especialmente si no tenemos planeado viajar. Sin duda, esta semana santa no será la excepción.
Los niños están cansados de los dispositivos electrónicos, extrañan a sus amigos, la actividad física que salir de la casa implica y, por supuesto, la independencia que otorga asistir a la escuela diariamente. Esto no es ninguna novedad; a un año de encierro, ya tenemos bastante dominado cuáles son las dificultades que pueden presentarse.