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Sinterklaas

Christmas around the world

Cada año en los países bajos se celebra la llegada de Sinterklaas: una figura que nos recuerda a Santa Claus, pero se origina a partir de un obispo turco llamado Nicolás de Bari que vivió en el siglo IV. Cuenta la tradición que este obispo dejaba regalos para los niños en secreto, lo que más tarde dio origen a prácticas como dejar los zapatos o los calcetines para recibir sus regalos. 

Nicolás de Bari murió el 6 de diciembre del 343, pero su legado se conmemora hasta el día de hoy: cada año en esa fecha Sinterklaas llega a Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos desde España -que es donde vive- para repartir regalos en compañía de sus ayudantes. Ese día se organiza un desfile y los niños salen a las calles en compañía de sus papás para recibirlo y esperar el veredicto al final del desfile: esperan ansiosos para saber si todos fueron buenos y recibirán regalos o no. Cuando se hace el anuncio los niños brincan de alegría al saber que recibirán lo que pidieron para navidad. 

Este año, por obvias razones, los niños comenzaron a preguntarse si Sinterklaas llegaría. Su lógica es impecable: si estamos en tiempos de Coronavirus y Sinterklaas es muy viejo ¿podrá hacer el viaje de manera segura? Llevamos tanto tiempo sufriendo los efectos de la pandemia que los niños saben que él es una persona de riesgo y se mostraron muy preocupados. 

Por lo anterior, los mandatarios Belgas decidieron publicar una columna en el periódico anunciando que, a pesar de que el desfile se llevaría a cabo sólo de manera virtual y los niños podrían ver su llegada únicamente desde casa, sí recibirían regalos pues la larga barba blanca de este personaje es mágica y le serviría como cubrebocas, protegiéndolo así del mortal virus. 

Vivimos un momento tan estresante que tal vez no nos hayamos detenido a pensar lo que nuestros hijos están reflexionando al respecto. Sin duda, los neerlandeses nos han dado una gran idea en caso de que nuestros niños estén temerosos al respecto: es un personaje mágico y nada le puede pasar. La navidad, vista desde sus ojos, está a salvo.